Los fabricantes y proveedores de camiones preveían una importante precompra de camiones pesados antes de las nuevas normas de emisiones que entrarán en vigor en 2027.
Sin embargo, este aumento de los pedidos no se materializará, ya que el administrador de la EPA de Trump anuló las normas en lo que llamó
“el día más grande y más consecuente de la desregulación en la historia de Estados Unidos.”
Este movimiento se alinea con la agenda más amplia del presidente Trump de impulsar la producción de combustibles fósiles y reducir las cargas regulatorias sobre las industrias. Mientras que los fabricantes de camiones pueden estar decepcionados por la pérdida de un pico esperado en los pedidos de precompra, la industria más amplia de camiones y logística probablemente acogerá con satisfacción el retroceso regulatorio. Algunos grupos del sector, como la Asociación de Conductores Independientes Propietarios de Camiones (Owner-Operator Independent Drivers Association), expresaron su preocupación por el aumento previsto del coste de entre 25.000 y 30.000 dólares por camión con arreglo a las normas anteriores, que haría inasequibles estos vehículos para los operadores más pequeños.
Las flotas estaban preocupadas por la posibilidad de que se produjeran problemas de fiabilidad relacionados con las tecnologías no probadas exigidas por la normativa ahora modificada. Al fin y al cabo, el sector del transporte por carretera ya ha pasado por esa situación.
Por ejemplo, cuando se introdujeron las normativas en 2007, fabricantes como Navistar se enfrentaron a importantes problemas de fiabilidad con sus motores debido a los mandatos destinados a reducir las emisiones de óxido de nitrógeno. Estos problemas supusieron importantes contratiempos financieros y operativos para los operadores de flotas, ya que muchos camiones sufrieron averías prematuras, tiempos de inactividad prolongados y elevados costes de mantenimiento, lo que perturbó tanto a las flotas como a los transportistas. Otra preocupación era que las normas de la era Biden podrían haber desencadenado una expansión masiva de la capacidad de la flota de camiones, conocida como el escenario de “precompra de 2027”. En este caso, los operadores de flotas podrían haberse apresurado a comprar modelos de camiones más antiguos y probados para evitar los fuertes aumentos de precio y los riesgos de fiabilidad asociados a las nuevas normas.
Esta precompra a gran escala podría haber inundado las carreteras con más camiones, no en respuesta a la creciente demanda de transporte de mercancías, sino como una medida de las flotas para evitar motores no probados o poco fiables. Este aumento artificial de la capacidad es lo último que necesita el sector del transporte por carretera para recuperarse de la Gran Recesión del Transporte de Mercancías.