Cuando los registros de temperatura son altos, los conductores de camiones deben tener cuidado con el calor extremo que afecta no solo a sus camiones sino también a su salud. Sin embargo, al tomar algunas precauciones simples, pueden evitar averías relacionadas con el calor y mantenerse frescos.
A menos que hayas estado hibernando en una cueva o viviendo en el hemisferio sur, no tenemos que platicarte cómo la temperatura ha sido especialmente alta este año. La primavera fue bastante calurosa y, como es de esperarse, el verano no será más fresco. Por estas razones, es necesario tomar ciertas precauciones para que la alta temperatura no afecte tu rendimiento ni tampoco el de tu camión. En otras palabras, hay que “veranizar” tu camión y tú también deberás llevar a cabo algunos cuidados.
Como las altas temperaturas pueden crear un gran estrés sobre tu camión, es necesario que antes de salir a carretera revises todos los sistemas mecánicos, además de cambiar el aceite y los filtros. Es importante hacerlo antes de cualquier salida larga con una simple vuelta de inspección. Mira el estado de las llantas, niveles de fluidos y limpiadores; también los frenos y radiadores para ver si necesitan ser reparados o limpiados.
Al verificar el correcto funcionamiento del sistema de aire acondicionado, el de refrigeración, dirección, suspensión y llantas, te aseguras que tanto tú como tu carga rueden de manera segura en el verano. Y es que aunque nunca te haya pasado, sabemos que no quieres que tu motor se sobrecaliente, dejándote varado en medio de la nada; especialmente si arrastras una unidad refrigerada.
Las llantas
Cuando sube la temperatura es necesario prestar mayor atención a la presión de aire de las llantas; la cual es el factor primordial para mantener estas en buen estado. Con una presión de aire correcta existe un adecuado contacto de las llantas con la superficie del camino, lo cual mejora tanto la tracción como el frenado, además de reducir el desgaste irregular y acelerado; lo cual a su vez redunda en condiciones de manejo más seguras.
Por el contrario, una presión inadecuada puede tener efectos devastadores en el desempeño de las llantas y tu camión. Las llantas con poco aire se calientan más y la banda de rodamiento tiende a gastarse más en los bordes; mientras que si llevas la presión por encima de lo adecuado las llantas se tornarán más duras, lo cual incrementa las vibraciones que se transmiten al vehículo y hará que la parte central de la banda de rodamiento se desgaste más.
Como el aire es un gas, eso quiere decir que entre sus propiedades está expandirse con el calor y contraerse con el frío. Por eso el mejor momento para medir la presión de las llantas es cuando están frías, es decir, temprano en la mañana sin rodarlas más de una milla o después de que el camión haya estado estacionado por tres horas. Los expertos recomiendan no sacar aire de una llanta caliente para llegar a la presión normal, pues al enfriarse el gas, al final de la jornada tendrás una llanta con menor presión de lo indicado.
El incremento de presión normal en una llanta de camión en operación puede ser de 10 a 15 psi; algo que el neumático puede resistir sin problemas. Por supuesto, checar el aire es una tarea que debe hacerse de manera periódica, al menos una vez a la semana, con un medidor de presión bien calibrado. Tampoco olvides ponerle tapón a los pivotes de las llantas, pues el polvo y el agua pueden entrar en ellos, creando ligeras pérdidas de aire.
El sistema de enfriamiento
Hay investigaciones que muestran que aproximadamente el 40 por ciento del tiempo que un motor pasa inactivo se debe a problemas relacionados con el sistema de refrigeración. Afortunadamente, casi todos los problemas con este sistema se pueden prevenir por completo; aunque la otra cara de la moneda es que incluso una sola avería del sistema de refrigeración puede dañar severamente el motor. Por estas razones vale mucho la pena tomarse el tiempo y el esfuerzo que implica realizar revisiones y mantenimiento periódicos, reemplazando las partes que se desgastan y no son caras de cambiar, para así mantener un óptimo funcionamiento del sistema.
Mantenlo saludable
- Revisa la tapa del radiador fijándote que no esté rota ni gotee; de ser así cámbiala por una nueva.
- Comprueba el exterior del radiador y del sistema de aire acondicionado buscando deshechos o daños, y limpia según sea necesario.
- Revisa todas las mangueras principales del radiador y calefacción, y comprueba si hay grietas y fugas. Asegúrate de que todas las conexiones estén apretadas. Reemplaza las mangueras cada dos años.
- Inspecciona el interior del radiador buscando corrosión y asegúrate de que el anticongelante se vea claro, sin rastros de óxido u otras impurezas. El anticongelante debe ser reemplazado por lo menos una vez al año.
- Haz una revisión de la presión del sistema de enfriamiento al menos una vez al año.
- Enciende el aire acondicionado para asegurarte de que el sistema funciona adecuadamente.
- Revisa el desgaste y tensión de las poleas, y comprueba el funcionamiento del tensor. Reemplaza las poleas anual o bianualmente.
- Cambia el termostato cada dos años.
- Inspecciona la bomba de agua buscando fugas y verifica que el motor mantiene un rango de temperatura de operación dentro de los límites marcados por el fabricante.
El refrigerante
Un elemento básico de un buen mantenimiento preventivo gira alrededor del líquido refrigerante, el cual debe ser revisado cada 500 horas de operación, 20,000 millas o tres meses, lo que ocurra primero. Es importante que te familiarices con el líquido que usas, pues hay disponibles de muchos colores y composiciones químicas. Los diferentes colores no son una cuestión de estética, sino que cada color indica el tipo de refrigerante y el mantenimiento que debe recibir, así como la frecuencia de reemplazo.
Utilizar diferentes tecnologías hace prácticamente imposible darles el mantenimiento adecuado, lo cual puede llevar a problemas en el sistema de refrigeración. Eso sí, independientemente del color, todos los anticongelantes deben tener una cosa en común: ser claros. Si se ven turbios o tienen partículas flotando, es hora de ir al taller, pues puede ser un indicador de problemas más serios.
El sistema eléctrico
Para que este sistema funcione a la perfección, te recomendamos tomar las siguientes medidas:
- Revisa que las baterías estén firmemente sujetas en su lugar.
- Comprueba el estado de los cables que se conectan a la batería y asegúrate que los tornillos que los sujetan a ésta estén bien apretados.
- Checa el cableado del alternador para asegurarte de que no se hayan soltado y movido a un lugar cercano a las líneas de combustible o materiales abrasivos.
- Si encuentras corrosión en las terminales de la batería, retirala y después rocía las conexiones con un protector anticorrosión.
- Asegúrate de que los cables de la batería no estén en contacto con nada que dañe su recubrimiento aislante.
- Revisa el cableado de y hacia la unidad electrónica de control del motor para asegurarte de que esté en buenas condiciones.
Protégete del sol
Seguramente ya lo has notado, pero la parte de tu cuerpo que más expuesta queda al sol es tu brazo izquierdo, el cual puede pasar horas recibiendo rayos solares y te deja con ese peculiar bronceado de dos tonos. Si quieres evitarlo puedes usar camisas de manga larga -aunque con el calor es lo último que se antoja-. Otra opción es ponerte mangas para el sol, que están lejos de ser el último grito de la moda, pero hacen bien su trabajo.
Tampoco olvides usar bloqueador solar en brazos y cara para mantener a raya el cáncer de piel, de preferencia busca uno que tenga un Factor de Protección Solar (SPF por sus siglas en inglés) de al menos 15.
Otra opción es colocar una película entintada sobre las ventanas para bloquear el sol; solo toma en cuenta que las oscuras casi no están permitidas, pero hay varias claras que mantienen fuera los rayos UV. Recuerda consultar con tu jefe –o las leyes de los estados donde trabajes- si es legal usar una película protectora. Quizá está de más decirlo, porque probablemente ya los usas, pero unos lentes de sol son un artículo indispensable.
El calor cansa
Durante el verano es fácil fatigarse en la carretera, pues las altas temperaturas pueden hacerte sentir cansado y soñoliento. Esto en sí mismo presenta una situación algo peligrosa, la cual se incrementa con el mayor tráfico que presentan las carreteras en esta temporada de vacaciones. Planear la ruta, manejar un poco más despacio y hacer más paradas para refrescarte te ayudarán a mantenerte alerta. Es importante que te mantengas hidratado, especialmente si vas a bajar un rato a ejercitarte. Trata de beber al menos la mitad de tu peso en onzas cada día (es decir, si pesas 150 libras, bebe 75 onzas). Esto no solo te mantendrá hidratado, sino que le hace bien a tu organismo y te ayudará a estar alerta.